En el corazón de La Almunia de Doña Godina, una localidad donde la agricultura y la industria conviven desde hace generaciones, está ocurriendo algo que simboliza la nueva era del sector agroindustrial: la tecnología ya no solo ayuda a producir más, sino a pensar mejor. Y en esa transformación, AgroTs está jugando un papel protagonista.
Conocí a Teo y Sergio, fundadores de AgroTs, durante mi etapa en Agotzaina Fruits. Lo que empezó como una relación profesional se ha convertido en una amistad basada en la admiración mutua. Son personas con una visión clara: demostrar que la innovación no tiene por qué ser compleja ni costosa, sino útil, tangible y orientada a resultados.
Su empresa nació en un territorio que está sabiendo reinventarse. La Almunia, capital del Valdejalón, está evolucionando de una economía agrícola tradicional hacia un ecosistema donde la industria y la tecnología conviven con el campo. Aquí la fruta no solo se cultiva: se transforma, se empaqueta, se digitaliza y se exporta.
El valor de innovar donde los márgenes son estrechos
El sector frutícola es, probablemente, uno de los entornos más desafiantes para la rentabilidad. Los márgenes son ajustados, la competencia global, y la eficiencia operativa se convierte en el factor crítico de supervivencia. Mientras algunos sectores aún debaten si invertir en automatización, las empresas agrícolas que apuestan por la tecnología ya están recogiendo sus frutos. Literalmente.
AgroTs nació acompañando ese cambio. Ha crecido junto a sus clientes, impulsando la automatización de procesos y la digitalización del flujo operativo, desde la recolección hasta la expedición. Su propuesta de valor no reside en la venta de software, sino en la capacidad de traducir tecnología en productividad real. Y eso, en un contexto como el agrícola, marca la diferencia.
De hablar con personas a hablar con sistemas
Hace poco, en una conversación con Teo y Sergio, me presentaron un proyecto que simboliza el punto exacto en el que estamos: hablar con el ERP. No como una metáfora, sino de forma literal.
En uno de sus clientes, los operarios de almacén utilizan una tablet conectada al sistema de gestión. Mediante reconocimiento de voz, pueden formular preguntas directamente al ERP:
- “¿Dónde está el lote 3245?”
- “¿Cuánto stock queda de la referencia 1128?”
- “¿Qué código corresponde a esta variedad?”
El sistema responde en tiempo real, sin necesidad de desplazarse a la oficina, abrir un terminal o consultar a otro compañero. El resultado: decisiones más rápidas, errores reducidos y una sensación clara de estar trabajando con la tecnología, no para ella.
Del ERP transaccional al ERP conversacional
Durante décadas, los ERP (Enterprise Resource Planning) se entendían como sistemas de registro. Herramientas sólidas, imprescindibles, pero centradas en la contabilidad, la logística y la trazabilidad. Su función era controlar. Hoy, el desafío no es solo controlar, sino comprender y actuar.
El ERP conversacional transforma la relación entre las personas y la información. Deja de ser un repositorio cerrado para convertirse en una interfaz viva, accesible mediante voz, chat o lenguaje natural. La diferencia no es estética; es estratégica. Porque cuando un sistema habla nuestro idioma, la tecnología deja de ser un obstáculo y se convierte en un aliado operativo.
Tres ventajas que están cambiando el juego
1. Eficiencia operativa inmediata
La información fluye al ritmo del trabajo. En un almacén frutícola, donde los segundos importan, eliminar desplazamientos y esperas puede suponer mejoras del 10% al 20% en productividad. Un carretillero no tiene por qué dejar su puesto para consultar un dato. Lo pregunta y continúa. Esto, sumado a la integración con sensores, básculas o lectores de código, permite operar en tiempo real sin fricciones.
2. Curva de aprendizaje mínima
En entornos con alta rotación de personal, la formación es un coste oculto. El ERP conversacional reduce esa barrera. Cualquier empleado puede obtener información sin dominar menús ni procedimientos técnicos. Basta con preguntar. Esto no solo agiliza la incorporación, sino que democratiza el acceso a la información en todos los niveles de la empresa.
3. Agilidad en la toma de decisiones
Cuando el dato está disponible al instante, las decisiones dejan de ser reactivas para volverse proactivas. El responsable de producción puede anticipar un cuello de botella. El jefe de almacén detecta desviaciones antes de que se conviertan en incidencias. El ERP conversacional no reemplaza el criterio humano, lo amplifica.
La tecnología ya no es un lujo
Una de las lecciones más valiosas que he aprendido en mis años en la industria es que la tecnología útil no siempre es la más sofisticada, sino la que resuelve un problema real con un retorno claro. El caso de AgroTs lo demuestra: estas soluciones no requieren inversiones millonarias ni equipos de ingeniería complejos. Se apoyan en tecnologías maduras, API abiertas y modelos de inteligencia artificial accesibles.
El mito de que la innovación está reservada a las grandes corporaciones se desmorona. Hoy, una pyme agrícola puede incorporar asistentes de voz, chatbots o analítica predictiva sin poner en riesgo su equilibrio financiero. Y empresas como AgroTs están siendo el puente entre ese potencial y la realidad de campo.
El poder de la voz en la industria agroalimentaria
Hablar con los sistemas no es solo una cuestión de comodidad; es una revolución ergonómica y cognitiva. El trabajo agrícola y logístico exige concentración y coordinación física. La voz libera las manos, reduce distracciones y multiplica la eficacia.
Imaginemos una jornada de trabajo típica: un operario carga una carretilla con fruta recién calibrada. Mientras conduce, pregunta al sistema si el lote tiene destino nacional o internacional. El ERP le responde, y la información aparece en su pantalla. No hay interrupciones, ni papeles, ni búsquedas manuales. El sistema aprende de las consultas más frecuentes y adapta las respuestas. Eso es inteligencia aplicada.
Cuando la IA potencia, no sustituye
Todavía persiste una idea errónea: que la inteligencia artificial sustituirá a las personas. La realidad es justo la contraria. La IA, cuando se implementa bien, potencia el talento humano. Un chatbot que consulta el ERP no elimina empleos; los hace más eficientes. Reduce el tiempo improductivo y elimina tareas repetitivas para que las personas se centren en lo que realmente aporta valor.
Este tipo de proyectos no requieren redes neuronales gigantes ni infraestructura compleja. Se basan en agentes inteligentes y modelos de lenguaje entrenados para entender y ejecutar comandos naturales, conectados a los sistemas de gestión existentes.
Una ventaja competitiva medible
Los beneficios de introducir sistemas conversacionales integrados con ERP aún están siendo evaluados en la práctica, pero se derivan de mejoras constatadas en proyectos de digitalización y automatización. Por ejemplo:
- Un estudio de Gartner indica que las empresas que digitalizan su cadena de suministro pueden aumentar su eficiencia operativa hasta en un 50 %. icil.org
- PwC señala que la digitalización en logística permite reducir costos operativos hasta en un 20 %, principalmente por eliminación de tareas manuales y errores humanos. icil.org
- En la integración de ERP, se ha documentado mejora en la precisión de gestión de inventarios y sincronización de datos en tiempo real, lo que reduce discrepancias de stock y errores de procesamiento. payhawk.com+1
En consecuencia, un ERP conversacional —es decir, una interfaz de voz o chat conectada al sistema de gestión— podría capturar esos beneficios al hacerlos más accesibles y fluidos. Pero, cautela: esos valores provienen de mejoras generales de digitalización, no de estudios específicos de ERP conversacionales.
De la digitalización a la inteligencia operativa
Digitalizar no es suficiente. Muchas compañías ya tienen su ERP, su CRM y sus sensores IoT. Sin embargo, siguen tomando decisiones con datos fragmentados o inaccesibles para la mayoría del personal. El salto real ocurre cuando esos datos se conectan, comprenden y accionan. Ahí nace la inteligencia operativa, el nuevo diferencial competitivo.
AgroTs lo entiende a la perfección. Su filosofía no es vender tecnología, sino construir soluciones pragmáticas que encajan con el día a día de una explotación agrícola o una planta de envasado. Por eso su modelo gusta: combina conocimiento técnico, experiencia de campo y sentido común empresarial.
El papel de los directivos: pasar del dato al diálogo
Para los equipos directivos, la conclusión es clara: si sus operarios aún dependen de un intermediario para acceder a la información del ERP, están perdiendo tiempo, agilidad y competitividad.
El valor de la conversación no está en la tecnología, sino en lo que permite:
- Procesos más fluidos.
- Equipos más autónomos.
- Decisiones basadas en datos actualizados.
Hablar con el ERP no es un experimento futurista, es un paso natural hacia la empresa conectada y humana. Porque cuando los datos hablan, la organización aprende.
El futuro ya no se programa: se conversa
La combinación de IA, procesamiento de lenguaje natural y automatización industrial está redefiniendo la forma en que interactuamos con los sistemas empresariales. En unos años, será tan normal pedirle información al ERP como preguntarle al móvil por el tiempo.
Lo que hoy está ocurriendo en La Almunia —y en empresas pioneras como AgroTs— es solo el comienzo. Una nueva generación de soluciones está transformando los entornos productivos rurales, integrando tecnología con una visión humanista del trabajo. Y eso, sin duda, es una revolución silenciosa que merece ser contada.
Conclusión
El futuro del sector agroindustrial no pasa por más maquinaria, sino por mejor información. Y esa información solo genera valor cuando fluye sin fricciones, cuando cualquier persona puede acceder a ella y actuar al instante.
Hablar con el ERP es mucho más que una curiosidad técnica: es el símbolo de un cambio profundo. De la gestión controladora a la gestión inteligente. De la digitalización a la inteligencia conversacional. Y en ese camino, AgroTs está demostrando que la innovación útil y humana también se cultiva, se riega y da sus frutos.